Se accede al interior de Santa Maria por la puerta sur. El edificio es de planta basilical con tres naves sin transepto rematadas a levante por ábsides semicirculares, la central algo más ancha que las laterales. Todas se cubren con bóveda de medio cañón reforzada por cuatro arcos torales (fotos 1 a 8).
Las naves, por tanto, se componen de cinco tramos y se comunican por medio de arcos formeros de medio punto que arrancan de pilastras rectangulares en las que se adosan las semicolumnas de los arcos torales (fotos 9/15/16). Las cubiertas de los ábsides son de cuarto de esfera (foto 14).