En esta ruta, que iniciamos a solo tres quilómetros de la Cueva de Altamira, os proponemos una visita a la bella localidad de Santillana del Mar (fotos 1 y 2) y, por supuesto, a la Colegiata de Santa Juliana (foto 3). Santillana del Mar forma parte de la ruta de la costa del Camino de Santiago y muestra un notable conjunto histórico monumental muy bien restaurado.

La colegiata fue erigida sobre un anterior cenobio donde se conservaban las reliquias de Santa Juliana, mártir de Bitinia a finales del siglo III, que llegan a la población denominada Planes entre los siglos VIII y IX. En un documento del año 980 se menciona que en la basílica de Planes está enterrada la Santa. La población toma el nombre de Santa Juliana, pasando a llamarse Santillana. Se convierte en lugar de peregrinación para cumplir con la adoración a las reliquias de la Santa y gracias a las donaciones de los nobles castellanos fue anexionando iglesias y tierras de sus alrededores y de valles lejanos com el del Pas, Liébana o Campoo, así como de poblaciones costeras como Suances, Cortiguera y otras.

Santillana adquiere la categoría de Colegiata en el siglo XII y ya desde el siglo anterior goza de determinados privilegios concedidos por los reyes que le permiten mantenerse independiente de éstos. La Colegiata conserva gran parte de la fábrica románica construída a mediados del siglo XII. El claustro es de finales de siglo y conserva capiteles historiados. En el interior de la basílica encontramos una pila bautismal decorada con una escena de Daniel entre los leones, el sarcófago de Doña Fronilde, benefactora del monasterio, una virgen sedente, un Pantocrátor, además de hermosos capiteles y otros elementos. Los relieves y los capiteles del claustro son obra del maestro escultor Pedro Quintana o de su taller. También esculpió en 1203 el tímpano de la iglesia de Yermo que será nuestro próximo objetivo.
Saldremos de Santillana del Mar por la CA-133 hacia el río Saja, que encontraremos en Puente de San Miguel. Cruzaremos esta población y tomaremos la CA-353 hasta Torrelavega, donde se unen el río Saja y el río Besaya y, bordeando la ciudad hasta el barrio de Cartes, tomaremos la CA-283 que nos llevará hasta Yermo.

La iglesia de Santa María de Yermo data de 1203 tal y como reza la inscripción que se halla en una jamba de la puerta principal. En sus inicios, hacia el año 853, fue un monasterio fundado por los obispos Ariulfo y Severino que lo cedieron al obispo de Oviedo. Disfrutaba de un amplio patrimonio del valle del Besaya y de los montes cántabros, hasta que la pujanza de la abadía de Santillana la releva a un segundo plano. Su estructura, sus dimensiones reducidas y sus elementos decorativos la convierten en una de las iglesias románicas más bella de Cantabria. Algunas de las esculturas presentes en Santa María de Yermo son realizadas por el mismo escultor que se encarga del claustro de la Colegiata de Santillana, el maestro Pedro Quintana.
Tanto si vais a hacerlo antes de visitar esta última iglesia o después, os recomendamos para comer un restaurante de carretera muy próximo a Yermo que nos sorprendió por su excelencia. Lo encontraréis en la antigua nacional 611 (ver mapa) si seguís río arriba unos centenares de metros a partir del desvío a la localidad de Yermo. Se trata del restaurante "El Manjón".
Otra posibilidad, que también recomendamos para pernoctar, es el parador de Santillana Gil Blas, instalado en una casona de los siglos XVII-XVIII en pleno corazón de la villa.
(Publicada el 30 de abril de 2009)