La ermita de Santa Cecilia se encontraba en estado ruinoso a mediados de la pasada centuria. En 1958 tuvieron que reconstruirse, utilizando en lo posible los sillares originales, el muro septentrional, el hastial de poniente, todas las cubiertas y el remate del husillo de la fachada meridional. Se levanta en un promontorio rocoso que pende sobre la villa de Vallespinoso por su lado noroeste. Sin duda el emplazamiento es del todo privilegiado, pero a la excelencia de aquél debemos añadir el trabajo escultórico de los maestros canteros, uno de los más interesantes de la provincia.
En planta, se compone de nave única y cabecera con presbiterio recto y ábside semicircular. La nave se cubre con bóveda de medio cañón, resultado de la restauración de 1958; el presbiterio con cañón apuntado; y el ábside con bóveda de cascarón. La portada se abre en el muro meridional en antecuerpo que sobresale del muro.
Fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1951 y restaurada por la Dirección General de Bellas Artes en 1958. Incluida en el Plan de Intervención Románico Norte, hoy en día está cerrada al culto, pero se abre en periodos vacacionales para visitas turísticas.
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