usín: glesia de anta ulalia (interior/1)

Como consecuencia de las importantes reformas del XVII (o XVIII según algunos autores), los únicos restos que nos han llegado de la época románica los encontraremos en la cabecera, hoy "escondida" tras un muro y muy transformada por la construcción de la escalera de acceso a la nueva torre y antiguo coro. Este pequeño rincón, sin embargo, albergaba una pequeña joya hoy conservada en el Museo Diocesano de Jaca: sus pinturas murales, trasladadas a lienzo en 1966 por Ramón Gudiol Ricart para su preservación. (Con todo, algunos mínimos fragmentos quedan "in situ", como dio a conocer Antonio García Omedes).

En la foto superior tenéis lo que queda de todo el conjunto, tal como están expuestas en el museo: un panel para cada uno de los fragmentos. El de la izquierda nos presenta dos figuras (conocidas como Los Llorones de Susín) sobre un fondo de bandas de colores. Ambas llevan nimbo y llama la atención el modo de representar los brazos izquierdos de ambos personajes, con una simple mano pegada al manto (enlace 4). El de la derecha muestra tan solo la mitad izquierda de una figura con el brazo izquierdo levantado (quizás en actitud orante) y restos de una inscripción "TIA" que parece parcial.
Con lo poco conservado, resulta muy difícil dar un interpretación exacta de quiénes son estos personajes y en qué escena participaban. Los estudios al respecto son numerosos, pero el descubrimiento del conjunto mural de Almazorre (Huesca) en 2006 fue decisivo para establecer una filiación entre ambos. Según María del Carmen Lacarra, autora del estudio, los "llorones" serían apóstoles a la derecha de un Calvario. En lo que sí hay mayor unanimidad es en la fecha en que se pintaron: la primera mitad del siglo XII.