areyo: glesia de anta aría

Como tantas otras edificaciones del románico montañés, Santa María de Bareyo debió de fundarse en el siglo IX como resultado de las inquietudes repobladoras de la monarquía astur. Se sabe con certeza que en 1136, por donación del monarca Alfonso VII, pertenecía a Santa María del Puerto, pero esa dependencia no duró mucho y a finales del XII y principios del XIII era ya un monasterio independiente. Poco más nos cuenta la documentación. En 1552 seguía siendo abadía, carácter que mantuvo hasta mediados del siglo XIX según se desprende de la relación de abades que figura en las Memorias de las intervenciónes sufragadas por la Fundación Botín.
Desde el punto de vista arquitectónico y decorativo, se la relaciona con las iglesias de Santa María del Puerto en Santoña, San Román de Escalante y, allende Cantabria, algunas edificaciones del norte de Burgos (San Pantaleón de Losa) y el valle de Mena (Santa María de Siones). En opinión de García Guinea, todas estas fábricas serían obra de un taller de canteros trasmeranos que, a caballo de los siglos XII y XIII, trabajó de un modo "tradicional" que recuerda más al hieratismo de la primera mitad del XII y se desmarca de los gustos, por ahora incipientes, por un mayor naturalismo más propios del gótico.
En planta, Santa María es uno de los pocos ejemplos románicos peninsulares con capillas semicirculares en los brazos del pseudo crucero. Fue declarada Bien de Interés Cultural en 1978.

ÁBSIDE.
EXTERIOR.
INTERIOR.
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